Bitcoin: la mejor reserva de valor del siglo XXI - Parte I
Del Ganado al Oro: Los Activos Que Fallaron Como Dinero (Y Por Qué)
Mali, año 1300. En un poblado junto al río Níger…
El viento arrastraba cenizas mientras Fanta, viuda de un guerrero, buscaba su último collar de cuentas que tenía escondido bajo tierra. Desde que llegaron los "hombres de las dunas", todo se había vuelto violencia: tribus vecinas atacaban por la noche, los mercados se llenaban de cuentas que nadie había visto nacer.
"Son malditas", susurraban los chamanes. Fanta no lo creía, pero cuando intentó vender su collar, solo recibió risas.
"Estas son viejas", le dijeron, mostrando otras tan perfectas que parecían robadas del cielo.
Fanta acabó malvendiendo su collar por un saco de harina de mijo y un puñado de semillas de fonio. Solo un año atrás, una sola de sus cuentas —fundida con cenizas de baobab y teñida con índigo— hubiera bastado para comprar un cuarto de antílope ahumado…
Cuentas de vidrio en África.
El áureo en el Imperio Romano.
El bolívar en Venezuela.
La historia de la humanidad muestra infinidad de ejemplos de cómo una mala gestión monetaria lleva a la ruina, y por ende a la extinción, a imperios enteros.
Pero, ¿qué hace que un dinero sea “buen” dinero? ¿es Bitcoin una buena alternativa a las monedas actuales?
En este artículo y en los próximos desgranaremos los orígenes del dinero, la llegada del dinero fiduciario y por qué creo que Bitcoin es a día de hoy la mejor opción para preservar el valor económico.
Comenzamos.
¿Por qué es necesario el dinero?
Antes de existir el dinero, los humanos usaban el trueque para conseguir los bienes que necesitaban. Un ganadero que tenía cabras intercambiaba su leche a cambio de pescado que le ofrecía un pescador del poblado vecino.
Sin embargo, si el pescador no quería leche sino que quería vasijas, tenían que buscar un alfarero que entregase vasijas y que quisiese leche. De esta manera el ganadero le entregaba la leche al alfarero a cambio de vasijas, y ahora sí ya tenía las vasijas que quería el pescador para intercambiarlas por pescado.
Tremendamente engorroso.
Entonces surgió el dinero. Un bien que en sí no tenía por qué tener una utilidad definida pero que podía servir como medio de intercambio en el comercio.
Al aparecer una referencia de intercambio que era aceptada por todos, el comercio floreció. Era mucho más sencillo hacer negocios ya que cualquier persona aceptaba el dinero a cambio de sus productos.
Características clave del dinero
No cualquier cosa es válida como dinero. Para que algo sea aceptado como medio de intercambio de valor debe mantener su “vendibilidad” multidimensional: a diferentes escalas, en el espacio y en el tiempo:
A diferentes escalas: un bien vendible a diversas escalas es aquel que es fácil de dividir en partes más pequeñas para acometer intercambios de poco valor o ser acumulado en cantidades más grandes para hacer grandes adquisiciones.
En el espacio: para facilitar el comercio, el bien debe poder transportarse fácilmente para ser intercambiado.
En el tiempo: ese bien debe mantener su valor inalterado el máximo tiempo posible. En base a esto tenemos 2 sub-facetas:
Ese bien no debe estropearse con el tiempo: las cabezas de ganado, por ejemplo, pueden contraer enfermedades contagiosas y mermar los ahorros del ganadero de forma significativa en pocas semanas.
Ese bien no debe perder su valor con el paso del tiempo porque la producción de dicho bien se pueda aumentar con facilidad. La oferta debe ser restringida y no poder incrementarse fácilmente.
Este último punto es clave y es probablemente la causa de fracaso de muchos de los bienes considerados dinero en la antigüedad. Para explicar esta última faceta voy a introducir un concepto clásico en economía, el Stock-to-flow o ratio Existencias/Flujo.
Ratio Existencias/Flujo (S/F)
Para que un bien conserve su valor a lo largo del tiempo debe mantener una ratio Existencias/Flujo alta y que no sea fácilmente reducible.
¿Qué es esto?
Las Existencias es la cantidad total de ese bien que se ha producido y está en circulación en ese momento.
El Flujo es la producción nueva de ese bien en el siguiente período a analizar.
Que esta ratio se mantenga alta significa que las existencias presentes siempre son mucho más altas que la posible producción de nuevas existencias en el siguiente período.
Esto es vital ya que si un bien empieza a considerarse como dinero, la tentación de aumentar la producción del mismo para enriquecerse es muy elevada.
Si es fácil aumentar la producción del mismo y este aumento es significativo respecto al total del bien en circulación, la inflación aumentará mucho y el valor del bien caerá.
Si por el contrario, la producción de ese bien, aunque se aumente, no representa un gran cantidad respecto a la cantidad total circulante, las unidades anteriores de ese bien mantendrán su valor de forma más estable.
Imagina que tienes un barril con 100 manzanas (existencias). Si cada año añades 2 manzanas (flujo), tu ratio S/F es 50. Si añades 50 manzanas al año, el ratio cae a 2… y el valor de cada manzana se desploma.
Este concepto sencillo es la clave para entender porqué algunos bienes utilizados en la antigüedad como reserva de valor fracasaron y otros perduraron hasta nuestros días.
Fracasos históricos
Cuentas de vidrio en Mali (Siglos XIV - XV)
Como introduje al comienzo de este artículo, en África occidental se usaban cuentas de vidrio artesanales como dinero, ya que tenían un alto ratio S/F: su producción era lenta (requerían días de trabajo) y las existencias acumuladas eran vastas. Pero cuando los europeos comenzaron a fabricarlas industrialmente en Venecia y Ámsterdam (flujo masivo), el ratio se desplomó. En 1500, un saco de cuentas europeas equivalía a una sola cuenta maliense.
Té Prensado en China (Siglo XIX)
Los bloques de té comprimido (llamados "ladrillos de té") funcionaron como dinero en Siberia, Mongolia y el Tíbet hasta finales del siglo XIX. Su ratio S/F era estable: las caravanas chinas tardaban meses en transportarlo desde Yunnan o Sichuan. Pero en la década de 1860, los británicos expandieron plantaciones en Assam (India) y Ceylán (Sri Lanka), usando ferrocarriles y barcos de vapor para exportar té a bajo costo. Para 1890, el flujo anual superaba el 15% de las existencias globales, y su valor como dinero colapsó.
Piedras Rai en la Isla de Yap (Siglo XIX)
Las piedras Rai (discos de calcita de hasta 4 toneladas) eran dinero en Yap, con un ratio S/F altísimo: tallarlas con herramientas de coral y bambú tomaba años. En la década de 1870, el aventurero David O’Keefe usó herramientas de acero y barcos para traer cientos de piedras desde Palau, aumentando el flujo anual un 300%. Aunque los yapenses despreciaron las nuevas piedras, su valor decayó. Cuando Alemania colonizó Yap en 1899, impuso el marco como moneda oficial, relegando las Rai a transacciones ceremoniales.
La llegada del oro como referencia
Hemos visto varios ejemplos que fracasaron en la antigüedad debido a que incumplieron el requisito de la ratio S/F.
Sin embargo, hay un bien que se ha utilizado desde hace milenios y sigue considerándose una buena reserva de valor (de hecho, a día de hoy, febrero de 2025, su cotización alcanza máximos históricos).
Hablamos del oro.
Hay registros del uso del oro como medio de intercambio desde siglos antes de Cristo.
Las primeras monedas de oro acuñadas se remontan al siglo VI a.C. en Lidia (en la actual Turquía). Sin embargo, como reserva de valor y símbolo de estatus y riqueza ya se usaban en el antiguo Egipto (2500 a.C.).
Su auge llegó con el Imperio Romano, cuando el emperador Augusto (27 a.C. - 14 d.C.) estandarizó el contenido de oro en el aureus (la moneda de referencia romana). 8 gramos por moneda. Era acuñado junto con monedas de plata (denarios) y monedas de cobre y bronce para transacciones menores, conformando el sistema monetario romano.
Lamentablemente, como no podía ser de otra forma, ante los problemas económicos y dificultades que enfrentaba el imperio, los emperadores que sucedieron a Augusto optaron por la medida fácil: devaluar su moneda reduciendo el contenido de metales en sus monedas para sufragar sus gastos (esto me suena de algo…).
De esta manera, con el paso de los siglos, el aureus pasó de esos 8 gramos y una concentración del 95%, a 5.4 gramos y una concentración que rondaba el 60%.
La degradación continuó hasta que Constantino el Grande introdujo el solidus con un contenido estable de 4.5gr. de oro. Esta moneda se mantuvo estable y permitió al Imperio Romano de Oriente (Imperio Bizantino) mantenerse vivo hasta el Renacimiento, mientras el Imperio romano de occidente desaparecía víctima de las invasiones bárbaras en el siglo V d.C.
¿Por qué el oro ha triunfado donde el resto han fracasado? Porque ha cumplido hasta ahora las premisas de vendibilidad multidimensional mejor que nadie:
A diferentes escalas: el oro tiene una alta densidad de valor, lo que permite acumular mucha riqueza en poco espacio. A su vez, también permite fundirse en lingotes, acuñar monedas con diferentes concentraciones, con lo que permite absorber un espectro de valor muy amplio.
En el espacio: debido a esa alta concentración, permitía transportar mucho valor en poco espacio. Al ser aceptado globalmente, una moneda de oro valía para hacer transacciones en prácticamente cualquier parte del mundo civilizado.
En el tiempo:
El oro no se oxida ni se corrompe. Permanece inalterado con el paso del tiempo.
Su ratio S/F es muy alto (la producción anual rara vez supera el 2% de las existencias mundiales). El oro es muy escaso en la corteza terrestre y, aún con avances tecnológicos, aumentar su flujo es muy costoso.
El oro se ha mantenido como reserva de valor hasta nuestros días. Nada lo ha logrado desbancar como valor refugio en momentos de incertidumbre económica.
El oro triunfó porque era incorruptible… hasta que los gobiernos imprimieron papeles que lo ‘representaban’. Hoy, Bitcoin es el oro digital: nadie puede alterar sus 21 millones de unidades. ¿Será el próximo paso evolutivo?
En el próximo capítulo:
Cómo Nixon traicionó el patrón oro en 1971… y por qué el mundo sigue pagando las consecuencias. Suscríbete para no perdértelo.
¿Y tú?
¿Guardas oro bajo el colchón?
¿O prefieres Bitcoin en tu wallet?
Sea cual sea tu respuesta, la historia nos enseña que el dinero es un pacto frágil. ¿En quién confiarás: en los bancos centrales… o en las matemáticas?
Te leo en los comentarios.
Pasa un gran día.
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Muy buena apreciación. Evidentemente habría muchísimos más factores que afectaron, pero es evidente que una civilización que constantemente devalúa su moneda empobrece a sus ciudadanos. Una ciudadanía empobrecida genera inestabilidad a medio y largo plazo. Eso a la larga genera conflictos que fragilizan el estado y lo debilitan ante otras civilizaciones más estables. Además el Imperio romano se enfrentaba a gastos muy elevados, estaba muy extendido a Este y Oeste, mantener tanta longitud de frontera es costoso, fijar precios artificialmente bajos en bienes de consumo para la ciudadanía romana... tanta fiesta no se sostenía (lo cual me suena a algo reciente...)
1- Muy interesante. Espero ansioso el siguiente capítulo sobre el dólar
2- Estás estableciendo una relación directa entre el hundimiento del Imperio Romano de Occidente y la devaluación de su moneda? o lo nombras como un aspecto más? O te refieres más bien al hecho de que el sostenimiento de la moneda ayudó al Imperio de Oriente? Cómo de profunda te parece esa relación?